Con una mano en el volante y la otra en mis partes íntimas, mi chófer siguió conduciendo así durante diez minutos. Después de acariciarme el coño, empezó a masturbarme. Gemí cada vez más fuerte, para deleite de mi desconocido. Al pasar por una pequeña área de descanso en la autopista, giró el volante para detenerse. Apagó el motor; sin decir palabra, me desabrochó el cinturón, me agarró del pelo y me atrajo hacia sus muslos. Vi un bulto enorme bajo sus vaqueros. "Desabróchalos", ordenó. Intenté resistirme de nuevo, pero sujetándome la cabeza con firmeza, dijo: "Libérame la polla y chúpala, pequeña zorra". No pude levantarme a pesar de mis esfuerzos. Usando su fuerza contra mí, frágil con 1,69 metros y 60 kg, comparada con su 1,85 metros y 90 kg, su mano metió fácilmente la cabeza entre sus muslos. "¡Libérame la polla, te lo dije!" En esa posición, sintiéndome humillado, con la cara hundida entre sus muslos, incapaz de hacer nada más, busqué los botones de su bragueta. Incapaz de encontrarlos, me tiró bruscamente del pelo hacia atrás, lanzándome al asiento del copiloto. Estaba en shock, aturdido. De repente, se bajó la cremallera, liberando su pene. Para mí, un hombre heterosexual, era la primera vez que veía otro pene tan cerca. Retrocedí todo lo que pude contra la puerta, mirándolo como un ratón atrapado en las garras de un gato. "Vamos, mi guapa, ven a chupar a tu hombre ". "Señor, yo... yo no... no sé... nunca he hecho esto antes. Yo... por favor. Yo..." Con el pene erecto, dijo con calma : "Escucha, no lo entendiste, mi niña. Querías jugar a la provocación, ahora tienes que asumir las consecuencias". Me excitas con tu culito suave, tu polla tersa, tu actitud de guarrilla sin bragas, tus vaqueros rotos dejando ver tu carne. Ven aquí, ven a chuparme la polla, dijo finalmente, agarrándome del brazo para atraerme hacia él. - Vamos, haz tu trabajo, chupa y te dejaré en paz. Puso su mano detrás de mi cuello y me guió hacia su polla. - Abre la boca. Separé mis labios ligeramente, completamente aturdida por mi situación. 'Vamos, grandullón', me dije, 'es solo un mal momento para superarlo, haz esto y luego te dejará ir'. Sacando la lengua, comencé a lamer su glande, jugando con mis labios en él, pensando que todavía era mejor que tener su polla de 18 cm profundamente en mi boca. - Mmm; sí, eso es bueno, lámeme bien, mi pequeña zorra, sí, mmm, chupa bien ese glande, mmm.Después de cinco minutos, su excitación iba en aumento y sentí unas gotas de líquido preseminal. Empezó a i ...
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Sí, tengo mas de 18 anos ! No, soy menor de edad

